martes, 24 de febrero de 2009
Paris de Troya
El destino de Paris se vio comprometido por dos de sus hermanos mayores, Heleno y Casandra, que habían nacido dotados con el poder de la adivinación. Siendo todavía niños acudieron asustados a su padre el rey diciendo que habían soñado la misma noche que el recién nacido llegaba a Troya trayendo consigo una antorcha con la que incendiaba la ciudad. Príamo no les hizo caso al principio, pero los demás adivinos y sacerdotes insistieron en que sus dos hijos poseían un don que debía ser escuchado. Finalmente convencieron al rey, quien temiendo por su ciudad, con el dolor de su alma decidió matar al niño, pero Hécuba lo salvó diciendo que era preferible abandonarlo en el Monte Ida a mancharse las manos directamente con la sangre de un hijo.
Y así el pequeño fue abandonado en las colinas, y los troyanos creyeron evadir el destino. Pues no mucho después de que fuese dejado a su suerte un pastor que pacía sus ovejas en las cercanías lo encontró y movido por la ternura decidió adoptarlo. Otras fuentes indican que Paris fue criado por una osa.
Desde pequeño estuvo dotado de una gran belleza, y un gran talento para tocar la lira, lo que pronto le hizo famoso en toda la región, y hasta incluso entre los mismos dioses.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario